El amor de los jovenes Diego e Isabel,
pertenencientes a dos familias de muy
diferentes linaje, no era bien visto en una
época en la que los matrimonios concertados
entre familias, buscando alianzas comerciales
o financieras, no dejaban lugar a la libre
elección de pareja...
a Diego un plazo de seis años y una semana para
hacer fortuna
y así poder casarse con su hija.
El joven amante se alejó de Teruel con la esperanza
de volver en el plazo y casarse con Isabel.
Pero cuando, el día que se cumplía
el plazo, Diego regresó a Teruel...
... se encontró con que Isabel se había
casado con un rico noble de la ciudad.
Tras
el banquete de bodas, Diego accedió a los dormitorios de Isabel, donde
encontró a la joven esposa y, asumiendo su destino, le pidió un último
beso que le diese fuerzas para vivir lejos de ella el resto de sus días.
Cuando Isabel se lo negó, por ser ya una mujer casada, Diego no lo pudo
soportar y cayó fulminado a sus pies...
Isabel ya nunca más se separó de Diego.
¡Aquel último beso los unió para siempre!
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.