* Pueden leer cualquier tipo de letra, aunque ahora se notarán más sueltos en la mayúscula y enlazada (como la del libro de letrilandia), que con la de imprenta.
* Os recomendamos libros con frases cortas, de una extensión similar a la que estamos leyendo en letrilandia. De este modo son capaces de entender lo que leen y se motivan más, mientras que si son frases muy largas les costará.
* Existen ya muchas colecciones en las que en la misma página aparece en la parte superior el texto en mayúscula y en la parte inferior ese mismo texto en minúscula.
* Seleccionar temas que les resulten atractivos, lo cogerán con más interés.
ESPERAMOS QUE OS
SIRVA DE ORIENTACIÓN.
A CONTINUACIÓN TENÉIS UN ARTÍCULO QUE NOS PARECE INTERESANTE:
Diez
trucos fáciles para fomentar la lectura en vuestros hijos
Leer
a los niños desde su más tierna infancia aumenta su capacidad lingüística
Inculcar
a nuestros hijos el amor por la lectura quizá sea uno de los mejores regalos
que podemos hacer a nuestros hijos. La lectura favorece un mejor desarrollo
afectivo y psicológico en los niños, les da la oportunidad de experimentar
sensaciones y sentimientos con los que disfrutan, maduran y aprenden; con los
libros ríen, sueñan y viajan a otros mundos; comparten momentos gratos en
familia reforzando así el vínculo con los padres... En definitiva, con la
lectura los niños crecen en todos los sentidos.
Está
demostrado que la lectura mejora la capacidad y el progreso lingúístico de los
niños. De hecho, cuanto antes se expone a un niño a la lectura, mejor es su
capacidad lingüística y sus habilidades. Aprenden las palabras con mayor
rapidez, mejoran su comprensión y ejercitan su cerebro para la adquisición del
lenguaje que se produce entre los 10 y 30 meses.
La
exposición temprana de los niños al lenguaje narrativo y poético, a los juegos
de palabras y las rimas contribuye a una apropiación distendida del lenguaje y
a la comprensión de las estructuras profundas de la lengua materna. «Este hecho
redundará en una alfabetización gradual, segura y feliz. Antes de los tres
años, a los niños les interesa más la sonoridad que el contenido, pero es muy
útil para que vayan interiorizando el lenguaje y los silencios; a nivel
cognitivo, les ayuda a crear asociaciones entre su experiencia y el mundo
exterior», explica la doctora Esther Serrano, pediatra de Atención Primaria.
Esta profesional aconseja «leer en voz alta a los niños incluso antes de que
empiecen a caminar».
Aquí los diez
consejos para leer de la Asociación Española
de Pedriatría de Atención Primaria (AEPap) que
ha lanzado para fomentar desde
casa que los niños lean y su desarrollo del lenguaje resulte el mejor posible:
—Organizarse:
la desorganización puede estar reñida con la lectura. Por eso los pediatras
recuerdan que es importante ayudar a los niños a organizar su tiempo y su
biblioteca.
—Ser
constantes: todos los días hay que reservar un tiempo para leer, en
momentos relajados y con buena disposición para ello.
—Pedir
consejo: es importante pedir consejo en el colegio, las bibliotecas y
las librerías sobre los libros más adecuados para cada niño y cada edad.
—Escuchar:
en las preguntas de los niños y los adolescentes está la clave para aprender
sobre sus gustos y motivaciones
—Estimular
y alentar: cualquier situación puede proporcionar motivos para llegar a
los libros. Por ello recomiendan dejar siempre libros al alcance de los niños.
—Dar
ejemplo: las personas adultas son un modelo de lectura para niños y
jóvenes, que muchas veces los imitan; es importante leer delante de ellos.
—Respetar:
los niños tienen derecho a elegir. Hay que estar pendientes de sus gustos y de
cómo evolucionan.
—Proponer,
no imponer: es mejor sugerir que imponer. Hay que evitar tratar la
lectura como una obligación.
—Acompañar:
el apoyo de la familia es necesario en todas las edades. No conviene dejar a
los niños solos cuando aparentemente saben leer.
—Compartir:
El hábito de la lectura se contagia leyendo junto a los niños.
Los errores que más
se comenten:
La AEPap también dice a los
padres lo que nunca hay que hacer:
—Crear
contradicciones entre el método de la escuela y el empleado en casa.
—Emplear
textos inadecuados por su extensión, por su interés o por su tema.
—Introducir
un ritmo de aprendizaje excesivo.
—Repetir
o enseñar lo ya sabido, provocando aburrimiento.
Cinco motivos por los
que leer en voz alta:
El
papel de la familia resulta fundamental a la hora de que los hijos adquieran un
buen hábito de lectura. Y de eso se hace eco EU Read —un consorcio europeo que
agrupa a diversas organizaciones para fomentar la lectura— a través de su
campaña «Reading aloud, reading together («Leyendo en voz alta, leyendo
juntos»). Se trata de una iniciativa para leer en voz alta a los niños desde su
más tierna infancia, desde que están en la cuna. Los beneficios no tienen
precio: aumenta la capacidad lingüística del pequeño, comienza a distinguir
letras, aumenta su conciencia fonológica, tiene mayor desarrollo del lenguaje
oral, consigue un vocabulario mayor y más rico... Pero, sobre todo, padres e
hijos disfrutan de momentos inolvidables mientras se refuerza su vínculo. El
pedagogo Jorge Casesmeiro, director de Psicopaidos y asesor del Colegio de
Pedagogos de Madrid, explica los beneficios de tan buena costumbre:
«Leer
en voz alta en grupo transforma un ejercicio intelectual en una experiencia
social. Cuando nos leemos (sin las presiones del estudio, la memorización, etc)
activamos tres funciones básicas: nos comunicamos, nos entretenemos y
aprendemos.
Este
«comunicarse» en familia mediante la lectura es muy válido para reforzar el
vínculo afectivo. Se trata de un estar juntos, una forma de relacionarse, de
compartir. Durante la infancia esto es lo primordial, y una buena forma de
trabajar la autoestima del menor.
El
«entretenimiento» es la segunda gran función de la lectura en la infancia.
Contarse historias alimenta la inteligencia simbólica, permite elaborar y
compartir mundos mentales, activa la dimensión más lúdica, intuitiva y creadora
de la inteligencia.
Y
«aprendemos» porque desarrollamos competencias cognitivas relacionadas con el
lenguaje, que es el vehículo de transmisión de la lectura. Así trabajamos la
escucha, la memoria, la expresión verbal, la lectura y, por lo tanto, la
familiarización con el lenguaje escrito...
Esto
implica también un contacto con la cultura literaria y —si tenemos criterio en
la elección de los materiales que le presentamos al menor— una iniciación a la
formación y desarrollo de su sensibilidad estética.
Por
todo ello —y así lo acreditan estudios como los que aporta el consorcio de la EU Read— es evidente que
un hábito de lectura en familia desde la primera infancia favorece la formación
y el desarrollo social, cognitivo y emocional del menor.
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